"¿Qué puedo hacer para ayudar?".
Contenido de mi publicación


Esa es una pregunta que escucho a diario de padres, hermanos o parejas que sienten impotencia ante el sufrimiento de un ser querido que consume drogas o que vive con un trastorno mental. Es natural sentirse perdido cuando uno presencia el deterioro físico y emocional de alguien a quien ama. La Organización Mundial de la Salud recuerda que más del 13 % de los adolescentes de 10 a 19 años del mundo padece un trastorno mental diagnosticadounicef.org, y una de cada ocho personas vive con afecciones de salud mental que repercuten en su bienestar y en sus relacionesunicef.org. Además, un estudio reciente calcula que entre el 15 y el 23 % de los niños y adolescentesconviven con al menos un progenitor con un trastorno mental gravepmc.ncbi.nlm.nih.gov. Las adicciones y los trastornos mentales se han convertido en un problema de salud pública y familiar. En este contexto, ¿qué puede hacer la familia? ¿Hasta dónde puede apoyar sin renunciar a su propio bienestar? Este artículo ofrece respuestas basadas en evidencias científicas y experiencia clínica.
La carga de las adicciones y los trastornos mentales en la familia
Los trastornos mentales severos y crónicos como la esquizofrenia o el trastorno bipolar suponen una pesada carga para quienes los padecen y para sus familias. Afectan a la capacidad cognitiva y emocional, a las relaciones sociales y a la vida cotidianasedici.unlp.edu.ar. La familia suele asumir un papel vital en los cuidados, pero esta responsabilidad puede resultar abrumadora y estresantesedici.unlp.edu.ar. La mayor parte de los familiares carece de conocimientos sobre la naturaleza de la enfermedad y sobre cómo manejar síntomas como ideas delirantes o la falta de conciencia de enfermedad. Este desconocimiento genera sentimientos de incapacidad, frustración y altos niveles de estrés, que deterioran la capacidad de cuidar y aumentan el riesgo de recaídas y rehospitalizacionessedici.unlp.edu.ar. La Declaración de Caracas y otros procesos de desinstitucionalización redujeron las hospitalizaciones, de modo que padres, hermanos o hijos han asumido un creciente compromiso en los cuidadossedici.unlp.edu.ar. Por ello es esencial ofrecer apoyo y capacitación a la familia para asegurar el acceso a recursos sanitarios y comunitariossedici.unlp.edu.ar.
Las adicciones también convulsionan a la familia. Un análisis de la Comunidad Terapéutica Proyecto Hombre señala que el apoyo familiar influye en la motivación de las personas en tratamiento y en su permanencia en los programasproyectohombre.es. Numerosos estudios citados por este informe muestran que la familia actúa como factor de protección frente a la recaídaproyectohombre.es; reduce el estrés y la ansiedad asociadas al consumoproyectohombre.es, y favorece un enfoque integral del tratamiento. El mismo estudio advierte que el estatus socioeconómico condiciona el acceso y la calidad de la atención: las personas con bajos ingresos perciben más barreras y menos apoyoproyectohombre.es. También documenta la alta prevalencia de trastornos mentales concomitantes entre quienes reciben tratamiento por adicciones: aproximadamente 32 % presentan depresión y 30 % ansiedadproyectohombre.es. La falta de apoyo familiar se asocia a un mayor riesgo de sufrir estos problemasproyectohombre.es.
La importancia de la involucración familiar en la recuperación
Si bien la carga es grande, la evidencia científica destaca que la involucración activa de la familia es crucial para lograr resultados positivos y mantener la recuperación. Un equipo internacional de investigadores subraya que la participación familiar puede mejorar la identificación de problemas, favorecer la adherencia al tratamiento, consolidar los logros terapéuticos y facilitar el acceso a servicios de apoyopmc.ncbi.nlm.nih.gov. Los autores señalan que la familia es un recurso poderoso pero que, lamentablemente, no se la incluye de manera rutinaria en la práctica clínicapmc.ncbi.nlm.nih.gov. La revisión concluye que existe un fuerte fundamento empírico y evolutivo para aumentar la involucración familiar en todas las fases del tratamientopmc.ncbi.nlm.nih.gov.
En el ámbito de la salud mental, la psicoeducación familiar ha mostrado resultados prometedores. Diversos estudios indican que proporcionar información sobre la enfermedad, enseñar habilidades de comunicación, manejo del estrés y estrategias para resolver problemas cotidianos ayuda a reducir recaídas y rehospitalizaciones, mejora la adhesión al tratamiento y la calidad de vida tanto de pacientes como de cuidadoressedici.unlp.edu.ar. A pesar de estas evidencias, muchos servicios de salud mental no implementan de forma rutinaria programas de psicoeducación debido a barreras organizativas, falta de tiempo o desconocimientosedici.unlp.edu.ar.
Los hijos de padres con trastornos mentales
La relación entre la salud mental de los adultos y el bienestar infantil es bidireccional. El grupo de expertos de Atención Primaria de España advierte que las familias, los profesionales y la sociedad a menudo prestan poca atención a los hijos de padres con trastornos mentalespmc.ncbi.nlm.nih.gov. Se calcula que en el mundo entre el 15 y el 23 % de los menores de 18 años conviven con al menos un progenitor con un trastorno mental gravepmc.ncbi.nlm.nih.gov. Un estudio canadiense halló que el 12,1 % de los niños menores de 12 años vive con un progenitor con trastorno mental grave, y en tres de cada cuatro casos los padres no habían recibido tratamiento en el último añopmc.ncbi.nlm.nih.gov. Las dificultades se multiplican si se añade un estatus socioeconómico empobrecido, que facilita descompensaciones en padres e hijospmc.ncbi.nlm.nih.gov. El sufrimiento excesivo de los padres puede conllevar cuidados deficientes, afectando la organización psicológica, endocrina e inmunitaria de los hijos y aumentando el riesgo de conductas problemáticas, trastornos mentales y somáticospmc.ncbi.nlm.nih.gov.
Estos datos muestran que el problema no se limita a la persona con adicción o trastorno mental. La salud y la estabilidad familiar se ven directamente afectadas. Ignorar la salud mental de padres y cuidadores limita sus herramientas para nutrir, apoyar y cuidar a sus hijosunicef.org. Por ello es clave que la familia reciba apoyo psicológico y social, que rompa el estigma y que acceda a tratamientos efectivos tanto para el ser querido enfermo como para sí misma.
Recomendaciones prácticas para los familiares
A continuación se presentan algunos consejos basados en la evidencia científica y en la práctica clínica para acompañar de manera efectiva a un ser querido:
Buscar información y apoyo profesional. Conocer la naturaleza de la adicción o del trastorno mental, los síntomas y los tratamientos disponibles ayuda a reducir el miedo y la frustración. Participar en programas de psicoeducación, talleres para familiares o grupos de ayuda mutua puede dotar a la familia de herramientas de comunicación, resolución de problemas y manejo del estréssedici.unlp.edu.ar.
Mantener una comunicación empática y no juzgadora. Las actitudes críticas, la hostilidad o la manipulación aumentan la tensión familiar y predicen recaídassedici.unlp.edu.ar. Por el contrario, escuchar activamente, validar las emociones y expresar las propias preocupaciones de forma asertiva favorece la cooperación y la adherencia al tratamiento.
Evitar la sobreprotección y fomentar la autonomía. El objetivo es apoyar, no controlar. La familia puede establecer límites claros y coherentes, evitar comportamientos que faciliten el consumo (como proporcionar dinero sin control) e incentivar la participación del ser querido en decisiones sobre su tratamiento.
Cuidar la propia salud mental. El estrés continuado aumenta la vulnerabilidad a enfermedades físicas y psicológicas en los cuidadoressedici.unlp.edu.ar. Es imprescindible que los familiares busquen apoyo para sí mismos (terapia individual, grupos de apoyo), mantengan rutinas saludables y deleguen responsabilidades cuando sea necesario. Recordemos que cuidar de uno mismo no es egoísmo, es una condición para poder cuidar de otros.
Comprender el entorno socioeconómico y buscar recursos. Las barreras económicas dificultan el acceso a tratamientos y serviciosproyectohombre.es. Existen programas gratuitos o de bajo coste, organizaciones no gubernamentales y servicios públicos que ofrecen apoyo psicológico, asesoría legal y recursos comunitarios. Informarse sobre ellos puede marcar la diferencia.
Promover la integración social y la construcción de redes de apoyo. Las personas con adicciones o trastornos mentales y sus familias a menudo se aíslan por vergüenza o estigma. Participar en redes comunitarias, asociaciones de familiares o grupos de recuperación fortalece el sentido de pertenencia y proporciona apoyo mutuo.
Reflexión persuasiva
Aceptar que alguien cercano padece una adicción o un trastorno mental genera miedo, vergüenza, rabia y tristeza. Sin embargo, quedarse inmóvil ante esa realidad solo perpetúa el sufrimiento. La evidencia es clara: la familia puede ser un faro en medio de la tormentaproyectohombre.es. Su apoyo reduce las recaídas, mitiga la ansiedad y la depresión y fortalece la asertividad y el bienestar emocionalproyectohombre.es. Pero también sabemos que la familia necesita ayuda: conocimientos, habilidades, espacios de autocuidado y apoyo socioeconómico. Negar esta necesidad o suponer que “es obligación familiar” llevar toda la carga perpetúa el ciclo de dolor y enferma a todos los miembros.
Como familiar, tienes el poder de romper el silencio y buscar apoyo. Puedes convertirte en un agente de cambio en tu hogar y en tu comunidad. Pide ayuda a profesionales, participa en talleres, comparte tus experiencias con otras familias, alza la voz contra el estigma. Al hacerlo, no solo contribuyes a la recuperación de tu ser querido, sino que también cuidas tu salud y la de quienes te rodean. Recuerda que no estás solo o sola: millones de familias atraviesan situaciones similares y miles de profesionales y organizaciones están disponibles para acompañarte.
Conclusión
Las adicciones y los trastornos mentales son enfermedades complejas que afectan a toda la familia. El camino hacia la recuperación no es lineal ni sencillo, pero la investigación demuestra que la participación activa y bien informada de la familia es un factor protector clavepmc.ncbi.nlm.nih.gov. Ante un ser querido que lucha con estas dificultades, la empatía, el conocimiento y el apoyo mutuo son herramientas poderosas. Abramos la conversación sobre la salud mental, busquemos ayuda y acompañémonos con amor y responsabilidad. Así podremos transformar la desesperación en esperanza y la incertidumbre en un proyecto compartido de bienestar.
PSICÓLOGO FABIÁN DELGADILLO
DIRECTOR CLÍNICA CASA CALERA
Referencias
Buitrago Ramírez, F., Ciurana Misol, R., Fernández Alonso, M., González García, P., Salvador Sánchez, L., & Villamor Sagredo, N. (2024). Prevención de los trastornos de la salud mental. Antecedentes de psicopatología en los padres y cuidadores. Aten Primaria, 56(Supl. 1), 103126. Disponible en https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC11705602/ pmc.ncbi.nlm.nih.gov.
Gargoloff, P., Michat, M. D., Córdoba, R., & Gargoloff, D. (s.f.). Psicoeducación familiar en esquizofrenia. Asociación de Ayuda de Familiares de Personas con Esquizofrenia. Recuperado de http://sedici.unlp.edu.arsedici.unlp.edu.ar.
Hogue, A., Becker, S. J., Wenzel, K., Henderson, C., Bobek, M., Levy, S., & Fishman, M. (2021). Family involvement in treatment and recovery for substance use disorders among transition‑age youth: Research bedrocks and opportunities. Journal of Substance Abuse Treatment, 129, 108402. https://doi.org/10.1016/j.jsat.2021.108402 pmc.ncbi.nlm.nih.gov.
Sánchez Gutiérrez, A. (2024). El papel del apoyo familiar y el estatus socioeconómico sobre la salud mental y la desregulación emocional en usuarios de Comunidad Terapéutica. Proyecto Hombre Burgos. Recuperado el 26 de diciembre de 2024 de https://proyectohombre.es proyectohombre.es.
UNICEF Colombia. (2023). Salud mental para todos los niños y niñas. UNICEF. Recuperado de https://www.unicef.org/colombia
¿Cómo apoyar a un ser querido con adicciones o trastornos mentales?
Tema: El papel de la familia en el tratamiento de adicciones y trastornos mentales.